En octubre pasado, la Secretaría General del Partido Nacional Republicano publicaba una declaración titulada Contra la monarquía de los banqueros, por la república del trabajador. Esto es lo que afirmaba, entre otras cosas: “(…) el PNR no quiere propagar falsas ilusiones entre nuestros compatriotas. Por ello insiste en que sólo el derrocamiento de la monarquía puede abrir una salida decisiva, que supone el avance hacia una República Española del Trabajador. Únicamente desde el triunfo de esa república y de la extensión de su ejemplo a otras naciones europeas, serán posibles las transformaciones sociales que cierren el ciclo infernal de las crisis de la acumulación de capital. Mientras tanto, nos las seguiremos comiendo, aunque consigamos aliviar algunos de sus efectos”.
Cuáles son esas transformaciones sociales necesarias? Creemos indispensables, en primer lugar:
- Desacoplamiento del sistema financiero internacional, ante todo del vigente en la actual Unión Europea. Es hora de ser de verdad los primeros de Europa; en abrir el camino que van a seguir cuantas naciones quieran librarse de la dictadura del monetariado, impuesta por el capitalismo germano y su Mitterleurope, a través del euro y del Banco Central Europeo.
- Cancelación de todos los acuerdos de “libre cambio internacional” y de aceptación de cupos de producción suscritos en beneficio de otras naciones.
- Socialización de sistema financiero, unificando todos los bancos y cajas en un Banco Nacional del Trabajo, con función de banco emisor. Socialización de los sectores de la energía, automóvil y grandes medios de transporte y, asimismo, carácter público integral de los servicios de sanidad y educación.
- Abolición del sistema de las Autonomías. La mayor parte de las competencias hoy ejercitadas por las Comunidades Autónomas deberán ser revertidas a la Administración General del Estado; el resto, transferidas a los entes locales. Entre ambas esferas administrativas serán distribuidos los recursos humanos y materiales hoy en manos de las Autonomías, procediéndose posteriormente a su racionalización.
- Plan Nacional de Trabajo para el relanzamiento industrial, modernización de la agricultura, cabaña y flota pesquera, esfuerzo intenso y sostenido de inversión con destino a la educación, búsqueda de la suficiencia energética, con recurso a la energía nuclear en condiciones óptimas de seguridad y protección del medio ambiente.
- Efectiva garantía de trabajo para todos los españoles. Fin de todas las políticas de "laissez faire" liberal en materia de inmigración: lucha intransigente contra la inmigración ilegal y adecuación del flujo migratorio legal a las condiciones socio-económicas de cada momento, mediante políticas de cupos.
- Creación de una institución pública dotada de financiación y potestad expropiatoria que le permitan la adquisición masiva de suelo, para la construcción de viviendas de protección oficial.Mantenimiento y mejora del sistema público de pensiones, con plena conciencia de que no solo depende de un salto cualitativo en el crecimiento del empleo, sino además de la erradicación de todas las políticas antinatalistas desarrolladas por el vigente régimen.
Los trabajadores españoles hoy no tenemos patria. Y esto es así porque carecemos de un Estado nacional capaz de asegurar nuestro futuro y el de nuestros hijos. Únicamente somos bestias de carga que tiran del carro al que se ha aupado la oligarquía política y económica que sustenta al Cacique Mayor del Reino. Podemos seguir como hasta ahora creyendo, como Zapatero, que España es sólo un concepto discutido y discutible; pero, entonces, tendremos lo que merecemos. Podemos, por el contrario, concluir que puesto que no tenemos patria, es necesario construirla. Pero para ello ha que instaurar un Estado nacional digno de este nombre: una República española fuerte, democrática y justiciera, que convierta al trabajo en el meollo mismo del concepto de ciudadanía y que converja con los esfuerzos de otros países en el combate por una Nueva Europa. Y que avive en todo momento la conciencia de que si los trabajadores queremos vivir, el capitalismo debe morir.