El reino ha enviado a aguas del mar Negro una fragata de última generación, la Almirante Don Juan de Borbón, para participar junto a otras embarcaciones de la OTAN en unas maniobras navales en esta zona caliente del globo. El gobierno del PP contribuye de esta manera a aumentar la escalada militarista de la OTAN contra la Federación Rusa, nación que no ha mostrado ninguna hostilidad contra España ni sus intereses. Despliegue que, para más inri, invoca la integridad de un país, Ucrania, que no es miembro de la Alianza y por tanto no impone ningún compromiso de defensa colectiva a los aliados de esta organización criminal comandada por Washington. Basta recordar que, en caso de una hipotética agresión de Marruecos a nuestros territorios de Ceuta y Melilla, tal y como sucedió durante el “incidente” de Perejil, España quedaría fuera de la cobertura de la OTAN.
La aportación española no se limita a esta embarcación, sino que, tal y como ha reiterado el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, en la última cumbre atlantista de Cardiff, se extiende al ofrecimiento de cuatro cazas Eurofighter, uno los medios de combate aéreo más modernos con los que cuenta el Ejército del Aire, para su despliegue en el Báltico con la finalidad de patrullar los cielos limítrofes a Rusia. Todo lo anterior, junto al cuadro de sanciones aprobadas conjuntamente por Washington y Bruselas profundiza en la crisis Ucraniana instigada por Estados Unidos y Eurolandia.
Como colofón a esta abyecta ejecutoria de vasallaje a los planes agresivos de Norteamérica, el rey Felipe VI ha asumido en el reciente Foro España-Estados Unidos celebrado en Málaga los “riesgos y desafíos” de la colaboración con la potencia en el ámbito militar.
Una vez más, los nacional-republicanos reclamamos la salida de España de la OTAN, la repatriación de nuestros efectivos involucrados en sus misiones y la denuncia de los tratados de cooperación militar con USA que permite a ésta la presencia de sus tropas y el uso de bases militares en nuestro territorio nacional para sus guerras imperialistas, incluyendo el escudo antimisiles al que prestamos soporte naval y cuya única finalidad no ha sido otra que amenazar a Rusia.