El pasado 2 de febrero, en su colaboración semanal en los diarios del Grupo Vocento, la periodista Tonia Etxarri afirmó en un artículo titulado “En estado de gracia”:
«A López, hoy por hoy, no le contradice nadie. Hasta el mismo Rey no oculta su entusiasmo. En su reciente visita al País Vasco, cuentan que Don Juan Carlos, en un acto público, le espetó al candidato socialista, señalando al Lehendakari: “Patxi, ¡a ver cuando ganas a éstos que llevan casi treinta años en el Gobierno!”. Y en otra conversación con el candidato del PP, Basagoiti, no pudo ser más explícito: “Vosotros lo que tenéis que hacer es apoyar a Patxi”.»
La Casa Real no ha desmentido estas informaciones, que refutan el papel “arbitral” y “moderador” atribuido a
En las próximas elecciones vascas el monarca campechano proclama su apoyo al partido que durante años hizo piña con los peneuvistas, enemigos declarados del pueblo español, luego pactó con los cómplices de los terroristas etarras y finalmente negoció con los propios terroristas; al partido que ha entregado nuestro dinero a los ayuntamientos gobernados por ANV para que ETA pueda seguir pegándonos tiros en la nuca con balas compradas con nuestros propios impuestos.
Queda claro el papel vicario que el monarca reserva al PP: ayudar a Paxi, olvidando la implicación de éste en el estremecedor “proceso de paz”, su programa de “construcción nacional vasca” y la evidencia de que sigue reuniéndose con ETA. A cambio, Rajoy cuenta con la autorización real para “indignarse” cuando, una vez colocado bajo las letrinas de