La novedad de estos comicios autonómicos es la presencia de UPyD de Rosa Díez. Como ya ha señalado el PNR en anteriores ocasiones, este partido es obra de veteranos aparatchiks y lumbreras intelectuales que durante décadas han vivido amarrados a las ubres del PSOE y a sus negocios editoriales. Este origen ha dejado su marca: apoyo al abortismo, a la eutanasia, a la Educación para la Ciudadanía, seguidismo de los lobbys homosexuales, acatamiento de la versión oficial del 11-M… Sin embargo, todo eso se combina, en hábil mixtura, con otros elementos que pasan a primer plano. El primero es la recuperación del “patriotismo constitucional”, del concepto aznarista de España; patriota español es quien se arrodilla con devoción –laica, por supuesto– ante la Constitución de 1978. El segundo es la copia descarada de diversas propuestas elaboradas en su día por Alejo Vidal-Quadras y otros exponentes del ala dura del aznarismo: recuperación por la Administración Central de diversas competencias básicas transferidas a las Comunidades Autónomas, crítica al foralismo navarro y concierto vasco, línea de acoso al conjunto de la galaxia etarra, reforma del sistema electoral que minimice la presencia central de los nacionalismos periféricos, etc.
Todas estas propuestas son utópicas, en el sentido de que resultan completamente irrealizables en el marco del juancarlismo y su Estado de las autonomías, ante el que se inclinan la Sra. Diez, Buesa, Gorriarán y Savater. Pero este utopismo en la estrategia es sólo la cobertura de un maniobrerismo táctico que permitirá a esos personajes perpetuarse en el momio y el candelero. Su mensaje no pretende conectar con una “izquierda socialdemócrtata nacional”, espacio que sólo existe en la imaginación de algunos. Apunta, en cambio, en dos direcciones. Una es explotar los factores de rebelión en el seno del PP frente al giro de Rajoy hacia el “liberalismo simpático” y el seguidismo rastrero en relación con el PSOE. Otra es pinchar las bolsas de abstención activa y voto en blanco que, con diversos orígenes, se venían inflando.
Dejaremos a otros la tarea de identificar a las fuerzas instigadoras o propiciadoras de este fenómeno. Según algunos, se trata de un montaje del PSOE para descarrilar votos peperos. Según otros, es un artilugio publicitado por un sector de la COPE para inducir un voto de castigo al PP, con el fin de promover un cambio de dirección en el mismo. Para nosotros lo que cuenta es una función que, aunque sea de modo secundario, desempeña UPyD. No es otra que reconducir a los cauces del régimen a sectores en proceso de ruptura con el mismo.
El PSOE es el baluarte principal del régimen. El PP, la chirigota del PSOE. Y UPyD, un parásito del PP y un freno a la quiebra del constitucionalismo.