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Ciutadans, una rueda más del juancarlismo
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El éxito de Ciutadans en los comicios catalanes ha desatado una notable efervescencia en sectores de la órbita del Partido Popular de toda España. Este hecho se explica por el apoyo prestado a esa formación por determinados periodistas de El Mundo y, sobre todo, de la COPE y sus aledaños. Pero ese apoyo ha cesado en cuanto ha habido visos de que el “efecto Ciutadans” pudiera transcender el ámbito catalán. Inmediatamente se ha producido un cierre de filas en torno al Partido Popular y se han lanzado avisos a navegantes. Se ha constatado que ciertas alocuciones radiofónicas matinales sólo deseaban aguijonear a un Partido Popular al que creían lelo por apoyar a Piqué. Pero los lelos eran quienes se desgañitaban. La línea Piqué es la que impulsa Rajoy en toda España. Al final, “para no dañar al PP”, han replegado velas. Lo suyo será sólo pinchar, pero no cortar.  La repercusión mediática de la que ha gozado la formación de Rivera, Espada y Boadella parece limitada a ese episodio de rencillas dentro del mundo pepero. Ahora Ciutadans se quedan tan desnudos como su cabeza de lista en el cartel de campaña. En cualquier caso, no se han nutrido principalmente con los votos de votantes populares descontentos, sino con trabajadores de izquierdas hartos del nacionalismo catalán del PSC.

Ciutadans es una versión liberal “progre” del constitucionalismo de 1978. Su lógica interna les llevará a ser exhibidos como minoría étnica que habla en castellano en un parlamento separatista catalán, y poco más. Ciutadans ha tocado la fibra de la opresión lingüística, pero ha desentendido los graves problemas que acucian a todos los españoles. Poco lo importa lo que pasó en el 11-M de 2004: alguno de sus jefes han calificado a quienes se movilizan por el esclarecimiento de esos hechos de “estrambotes” y “conspiranoicos”. Rivera estará allí, en el parlament, para denunciar en español los problemas del transporte público en Barcelona. Pero no dirá nada contra las destructivas políticas migratorias, la precariedad de los contratos laborales o el afincamiento insidioso del Islam.