La asociación Voces contra el Terrorismo que dirige el antiguo dirigente de la AVT José Francisco Alcaraz, apadrinada por el grupo mediático liberal conservador liderado por Federico Jiménez Losantos (LD), al que se suma el entramado nacional-católico Intereconomía y diversas asociaciones de corte liberal, han convocado una concentración en Madrid el día 6 de noviembre para rechazar los pasos del gobierno del PSOE hacia el relanzamiento del “proceso de paz” con ETA.

El mismo segmento político que ha estado sembrando la confusión y la impotencia pretendiendo que la defensa de la lengua española ha de basarse en el “derecho de los padres”, se agita ahora planteando que la oposición a la colaboración del gobierno con el terrorismo tiene como epicentro político la defensa de la memoria y la dignidad de las víctimas.

En efecto, el motivo principal de la convocatoria de este “acto de rebelión cívica”, de acuerdo con un llamamiento de VCT propagado en octubre, es que «las víctimas del terrorismo no han recibido ninguna petición de perdón por parte de sus verdugos. En cualquier caso no implicaría la renuncia a la justicia que merecen las víctimas del terrorismo».

Para el PNR las víctimas del terrorismo son merecedoras de recuerdo, dignidad y justicia. Pero esto no puede ser considerado el argumento central de la oposición a la línea oficial de complicidad con ETA. Tampoco el PNR puede dar apoyo a una “rebelión cívica” que, además de limitarse a ese motivo, reduce su alcance a combatir a Zapatero y Rubalcaba, a la vez que se pronuncia en defensa de los escombros de la Españeta constitucional de 1978.

Desde sus mismos inicios, esa Españeta viene sosteniendo a ETA y utilizándola como ariete para propiciar una desarticulación confederal de nuestra patria. No hay concesiones ni negociación con ETA. Hay colaboración del régimen con el terror etarra contra los españoles.

Todos los partidos del vigente régimen, incluido el PP, están a favor de “la pazzz” merced a una “solución negociada” con ETA. El PSOE y el PP sólo difieren en las contrapartidas que debería obtener el terrorismo separatista a cambio de su transformación en separatismo pacífico. En todos los casos, esas contrapartidas incluyen la “generosidad” con los terroristas y, por tanto, el escarnio de los 800 asesinados por ETA y lo que es fundamental, un paso definitivo en la voladura de España en la forma de «nación de naciones».

El PNR está a favor de la derrota de ETA. Esto significa la persecución, detención, enjuiciamiento y cumplimiento íntegro de condenas de todos los terroristas y sus brazos políticos, de sus cómplices y encubridores; aunque acuerden treguas, pidan perdón a las víctimas o entreguen sus arsenales.

Pero esto no puede ser el fruto de ninguna “rebelión cívica” animada por partidarios del vigente régimen, sino de una rebelión política global. De una rebelión nacional popular para el derrocamiento de la monarquía y su Estado de las Autonomías y la refundación de España como república unitaria. En ella, todos los partidos nacionalistas anti-españoles, desde la izquierda abertzale y ERC al PNV o CiU serás puestos fuera de la ley.