


La agresión realizada el pasado sábado contra el consejero de cultura del gobierno de Murcia, Pedro Alberto Cruz, no ha dejado de tener repercusiones negativas sobre la lucha de los trabajadores de esa región. No obstante, las necesidades que han llevado a la rebelión de los trabajadores contra el plan de ajuste, versión murciana del que impone el gobierno del PSOE en toda España, son acuciantes y están lejos de hallar satisfacción.
El régimen al completo, con el PSOE y el PP al frente, ha tenido que tragarse que desde el 22 de diciembre al 17 de enero los trabajadores de la función pública hayan ocupado el centro de la ciudad de forma pacífica en seis ocasiones; hayan celebrado múltiples manifestaciones, reuniendo en la última a más de 35.000 trabajadores, con participación de desempleados, estudiantes, etc.; hayan organizado concentraciones multitudinarias ante la sede del gobierno regional, el asedio a la asamblea regional, a la consejería de economía, etc.
El régimen no puede tolerar que todo esto siga adelante, como que los docentes se organicen en asambleas comarcales para elegir representantes, establecer objetivos e impulsar nuevas movilizaciones. Del 18 al 20 de enero están previstas asambleas en Cieza, San Javier, Cartagena, Lorca, Murcia, Yecla, Alhama de Murcia y Caravaca de la Cruz. En el sector sanitario el gobierno regional ha obtenido una primera victoria al conseguir el descuelgue del sindicato de médicos. Pero incluso en ese sector prosigue un proceso asambleario, en los centros hospitalarios.
Zapatero ha tenido que salir al rescate de Valcárcel, presidente del gobierno regional de Murcia. El día 4 de diciembre, en Onda Cero, puso a Murcia como ejemplo de la «actitud constructiva de las comunidades autónomas para reducir el déficit», dejando con el culo al aire al PSOE murciano, a UGT y CCOO. A partir de ese momento, todos los aparatos políticos, de los grandes sindicatos y medios de comunicación comenzaron a afilar sus garras, con el objetivo estratégico de frenar primero y desmontar después los elementos incipientes de la acción directa de masas de los trabajadores.
Es nuestra opinión que los trabajadores, a través de las asambleas de centro de trabajo, deben elegir representantes de centro coordinados a nivel local, comarcal y regional. Este comité de representantes regionales es el que debe asumir las tareas de organización de las acciones a realizar y la responsabilidad de negociación con la administración, comunicación, relaciones con otros sectores de trabajadores de la región, de otras comunidades. etc.
La rebelión debe continuar, a pesar de todos los obstáculos interpuestos por los partidos del régimen, sus sindicatos y sus periodistas. A estos obstáculos se suman, por ser ajenas a los métodos de la acción directa de masas, todas las formas de matonismo perpetradas contra personas individuales por grupos pretendidamente radicales y, en realidad, reventadores de las luchas.
Claramente se percibe a quién beneficia y a quien perjudica la agresión antes citada, sea obra de unos incontrolados, de unos tarados o de unos sicarios a sueldo de los servicios del régimen. Amenaza con deteriorar la corriente de simpatía que ha despertado el combate de los empleados públicos entre grandes sectores de la población murciana. Propicia la labor de los bonzos de CCOO y UGT, dirigida a desactivar los métodos de acción y organización independientes de las estructuras del Estado que han surgido de modo incipiente en esa lucha. Facilita que los medios de comunicación afectos al régimen presenten a los trabajadores de la función pública como una turba cuasi-terroristas callejeros, dando pábulo a una campaña de demonización y criminalización de su lucha, tratando de deslegitimarla. Con esta campaña pretenden, a la vez, que la represión que se está preparando, si la rebelión laboral prosigue, tenga menos repercusión en la opinión pública y, así, evitar la solidaridad de otros sectores (estudiantes, policías, bomberos etc.).
Pero el plan de ajuste capitalista sigue en pie y, con ello, la necesidad de hacerle frente.
¡Adelante la acción directa de masas de los trabajadores!