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ZP proyecta la entrega del Sahara a Marruecos
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La provincia española del Sahara fue abandonada por el juancarlismo a favor de Marruecos en 1975. Desde entonces, el reino alauí la ocupa ilegalmente, mientras buena parte del pueblo saharaui vive diseminado en la diáspora  del desierto argelino de Tinduf.

Zapatero, por fin, ha desvelado el verdadero sentido de su irrisoria “alianza de civilizaciones”: justificar la entrega ante los españoles y el mundo  de cuanto reclame el déspota marroquí. Tras el Sahara Occidental seguirán en la lista las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, y las islas Canarias.

El complejo PRISOE constituye un formidable lobby pro-marroquí. La aparente escrupulosidad en la observancia de la legalidad internacional, invocada por Zapatero en tantas ocasiones, ceja en todo lo que toca a Marruecos. El plan Baker II, elaborado bajo la advocación de la ONU, era un documento aceptado por el reino alauita y el Frente Polisario en el que se preveía una autonomía transitoria para el Sahara bajo la ocupación marroquí, hasta la celebración de un referendo de autodeterminación en el que el pueblo saharaui decidiría sobre su futuro político. Finalmente, Rabat, de manera unilateral, ha hecho pública su intención de presentar ante la ONU su propio plan de anexión pura y dura, en el que no se contempla ninguna posibilidad para la independencia de los saharauis. Zapatero ha calificado esta iniciativa marroquí como una «buena oportunidad», manifestando así su apoyo expreso al tirano norteafricano. Sustento que el gobierno de Zapatero venía ejerciendo implícitamente, incluso con la venta masiva de armas al invasor de los islotes de Perejil.

Este posicionamiento ha generado reacciones adversas en la vecina Argelia, que ha impuesto una subida en el precio del gas natural que nos suministra. El relaciones públicas del lobby marroquí, el rey Juan Carlos, de visita en Argel, no ha podido aplacar los ánimos argelinos con su palabrería hueca favorable a los saharauis.

El PNR declara su amistad al pueblo saharaui y simpatiza en su lucha por la constitución de una República Árabe en el Sahara Occidental. Llegada la instauración de la República Nacional en España, el PNR propugnará una propuesta de federación entre el pueblo Saharaui y España. Mientras tanto, frente a la insidiosa acechanza de la monarquía alauita y el entreguismo de la juancarlista, defenderemos la irrenunciable españolidad de Ceuta, Melilla y las Canarias.