La acción disolvente de la Nación Española tiene su punto álgido con Podemos, un engendro formado por lo peor de todos los discursos que sostienen ideológicamente al Capitalismo en su formulación postmoderna, nuevo juguete de recambio de partido del régimen nacido para destrozar a la Nación a través de la acción combinada del progue-capitalismo, el confederalismo plurinacional y el parlamentarismo. Podemos es la reacción del régimen a su propia crisis, vacuna y antídoto. Es la imagen de su propio desecho.
Podemos es la plataforma perfecta que se mueve cómodamente entre posturas contradictorias y oportunistas, fiel a su entraña trotskista: al mismo tiempo que se reclama “patriota” se convierte en vehículo del completo cumplimiento de las aspiraciones de las facciones más secesionistas del Régimen, a través de su postura favorable al referéndum pero, supuestamente, contraria a la independencia obtiene cómplices en todos los caladeros y se postula como pieza imprescindible en cualquiera de las dos vías de voladura de la Nación Española: “federalismo asimétrico” o “plurinacionalismo” a rebufo del PSOE y separatismo puro y duro de los secesionistas de Cataluña, una de las regiones más prósperas de España y Europa.
Podemos está siempre allí donde se pueda destruir a España y no tiene empacho alguno en empujar las dos posturas a la vez, consciente que ambas confluyen en el mismo sitio. En un caso colabora en la aclamada y unánime acción tendente a evitar toda respuesta unionista y espontánea de la Nación Española(en esto coincide con la monarquía y el resto de partidos "constitucionalistas" que se postulan como valladares frente al separatismo, cuando son ellos, precisamente, quienes han legitimado y pactado con los nacionalismos antiespañoles). Y en la otra, colabora en la vía rápida y directa de disolución alineándose con las tesis del relato victimista del separatismo de ricos.
No contento con ello, mientras se presenta como un freno a los planes de Eurolandia y del orden neo-liberal globalizador internacional en plataformas mediáticas, en la práctica ya ha integrado toda oposición al capitalismo dentro de este último, al trabajar sobre la base de la pedigüeña tabla reivindicativa y moverse en el territorio de la componenda asumiendo y reclamando su condición de fracción legítima del Régimen disolvente de España y ultraliberal que es el del 78.
Basta con comparar su evolución programática desde aquellas elecciones Europeas hasta ahora, punto por punto, para darse cuenta de la maniobra de maquillaje progresiva de una opción que siempre fue pequeño burguesa pero que, hoy por hoy, está aún más a la derecha de la socialdemocracia si nos atenemos a sus propias posturas en temas económicos, laborales, y de asunción del encaje de nuestro país en el entramado mafioso UE-OTAN.
Podemos representa hoy un obstáculo para las aspiraciones unionistas, republicanas y socialistas que el PNR propugna como salida a los planes de destrucción de la Nación Española, de depauperación de las condiciones de vida de los españoles como consecuencia de la puesta en práctica de los planes de Eurolandia al incorporar en un proyecto, ya ni reformista siquiera, las pocas voces de resistencia que en el 15-m nos hicieron vislumbrar un posible repunte esperanzador de antagonismo, frenado y domesticado por podemos.
Urge la articulación de una respuesta unionista republicana y socialista en España que no caiga en la trampa de jugar en el terreno de las reglas del juego del Régimen del 78, concebidas desde el principio para que esto no sea posible y que denuncie la complicidad entre los aparentes adversarios que tratan de gestionar la actual crisis cíclica que es siempre un paso más allá en la disolución de España y la degradación de las condiciones de vida de los españoles.