El gran capital y la banca no cesar de insistir en lo positiva que ha resultado la inmigración para nuestra economía. Y no cabe duda de que la llegada de trabajadores extranjeros explica casi el 50% del crecimiento del PIB en el último lustro. Ahora bien: ¿a quién ha beneficiado esta creación de riqueza?
Entre 1999 y 2006, años del boom de la inmigración, las empresas españolas han incrementado su beneficio neto en un 73%. Sin embargo, el salario medio real (descontada la inflación) se ha estancado durante los últimos cinco años, registrando la evolución salarial más desfavorable de toda
El mayor incremento de mano de obra inmigrante se ha producido en la hostelería, servicio doméstico, agricultura y construcción. Son precisamente los sectores donde más claramente se verifica un efecto a la baja tanto en los salarios como en las condiciones laborales en sentido más amplio de los trabajadores españoles. En Andalucía muchos jornaleros deben acudir todavía a la vendimia en Francia debido a los bajos salarios que la fuerte oferta de inmigrantes provoca en el campo español. Y el Euroíndice del primer trimestre de 2007 confirma que España continua liderando la temporalidad laboral en Europa, con una tasa del 33,3%.
Otro embuste: la inmigración impulsa un aumento de altas y cotizaciones a
El silencio oficial sobre estas cuestiones nos hace temer lo peor, que además se confirma por las escasas informaciones existentes:
La crisis económica que avanza golpeará en primer lugar y del modo más duro a la masa de inmigrantes que han llegado a España sin planificación y control alguno. El actual modelo migratorio persigue la explotación de una mano de obra intensiva, de escasa calificación, concentrada en sectores que, como es el caso de la construcción y los servicios, serán los más vulnerables bajo el impacto de la recesión o estancamiento. En este marco, además, el gasto asistencial ocasionado por la existencia de un fuerte contingente de 4,5 millones de inmigrantes, se verá por fuerza multiplicado. ¡Benéfica inmigración!