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Juicio del 11-M. Contaminación de las mentes
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El juez Del Olmo concluyó la instrucción del sumario del 11-M afirmando que no se sabía lo que había estallado en los trenes, por insuficiencia de las muestras existentes. Y cuando el juez Gómez Bermúdez ordenó la realización de nuevas pruebas de los focos de explosión, recibió como muestra una colección de piltrafillas: 23 muestras consistentes en tuercas, tornillos y algo de polvo de un extintor. Sin embargo, se ha sabido que, tras la masacre, los Tedas estuvieron durante dos días recogiendo grandes cantidades de muestras de las explosiones. ¿Dónde están? Porque lo cierto es que jamás se han aportado al tribunal muestras de todos y cada uno de los focos de explosión, clasificadas y etiquetadas con detalle de su procedencia.

En la misma mañana del 11-M, los Tedax analizaron ellos mismos las muestras, en un laboratorio provisto de medios ridículos, en vez de enviarlas al laboratorio mucho mejor dotado de la Policía Científica. Además, los análisis fueron realizados por un solo perito, en lugar de al menos por dos, según lo dispuesto preceptivamente. En el proceso de análisis las muestras fueron lavadas con agua y acetona, sin conservarse los disolventes, con lo que nunca se podrá saber de forma completa qué sustancias arrastraron en el lavado. Y en el informe que más tarde se entregaría al juez Del Olmo se afirmaba que se habían encontrado «componentes genéricos de las dinamitas», sin que en adelante se especificase cuáles eran esos componentes.

Por otra parte, el juez Del Olmo dispuso la incineración inmediata de ropas de las víctimas y algún tiempo después el desguace y achatarramiento de los vagones objeto del atentado.

Como consecuencia de esta labor de ocultamiento y destrucción de pruebas y falseamiento de informes, seguimos sin saber a ciencia cierta qué es lo que estalló en los trenes. O alguien aporta otras muestras recogidas en los focos de explosión y que no hayan pasado por las manos de los Tedax de Sánchez Manzano, o el “arma del crimen” del 11-M seguirá siendo un misterio. En los trenes pudo estallar una dinamita, varios tipos de dinamita o algo que no era dinamita.

El inicio del juicio oral con el juez Gómez Bermúdez levantó una gran expectación entre los ciudadanos críticos con la versión oficial sobre lo ocurrido en el 11-M. Esta expectación se transformó en entusiasmo cuando Gómez Bermúdez dispuso nuevos análisis de las muestras halladas en los focos de explosión. 

Este entusiasmo carecía de cualquier fundamento. El Presidente del Tribunal del 11-M, antes de conocer este caso, había emitido su veredicto sobre dos cuestiones relacionadas con el mismo. Como instructor del Juzgado Central de Menores, se había pronunciado a favor de una condena al “Gitanillo”, joven acusado de transportar Goma 2 ECO a los islamistas de Madrid, lo que implicaba admitir el origen asturiano del circuito de abastecimiento de explosivos del 11-M. Por otro lado, como Presidente de Sección de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, emitió el auto por el que se acumulaban los sucesos de Leganés, instruidos por la juez Teresa Palacios, al sumario del juez Del Olmo. Para ello, dictaminó que los de Leganés se habían suicidado al verse acorralados por las fuerzas policiales. Pero lo más relevante es que, tras ordenar las nuevas periciales en el juicio del 11-M, dio por buenas las irrisorias muestras que se le aportaron, así como la custodia de las mismas por el policía Miguel Angel Santano, hallándose éste procesado por falsificación de informes (asunto del ácido bórico).

Todo esto no impidió al entusiasmo trasmutarse en delirio cuando desde el Tribunal se filtró, a finales de marzo, que los peritos encargados del análisis habían detectado la presencia de dinitrotolueno (DNT) en todas las muestras de los focos de explosión y también de nitroglicerina (NG) en el polvo de extintor recogido en El Pozo. Ambas sustancias son ajenas a la composición de la Goma 2 ECO. La primera forma parte de un explosivo distinto, la Goma 2 EC, que dejó de fabricarse en 2000, por su peligrosidad cancerígena. Tanto la una como la otra son componentes característicos del explosivo Titadyne, habitualmente utilizado por ETA. ¡Ya está aclarado el 11-M!

Sospechamos que esos entusiastas han sido victimas de una contaminación. Su primer síntoma son las ilusiones ópticas. Una cosa es lo que estalló en los trenes. Otra, lo que Miguel Ángel Santano presentó al tribunal: algo que no es Goma 2 ECO y que probablemente es Titadyne. Pero si lo presentó es porque le interesaba presentarlo.

Sería de una ingenuidad bobalicona pretender que a quienes no han cesado de esconder pruebas les fallaron los “controles de calidad” y, disponiendo de casi tres años para preparar su aportación de muestras al juicio oral, presentaron las que podían arruinar la versión oficial. Más bien se trata de un leve ajuste de esa versión.

Ciertamente, dicho ajuste puede preparar mutaciones de mayor calado. Ha dejado flotando en el aire el término titadyn. Pero, por el momento, esto es sólo un aviso a navegantes. En los escritos de calificación, el ministerio fiscal y la abogacía de Estado, apoyados por la asociación de la Sra. Manjón, se mantienen todavía dentro de la versión oficial originaria, con algunas adaptaciones. Según ellos, el atentado fue obra de terroristas islámicos, y se realizó mediante Goma 2 ECO y pequeños toques de Goma 2 EC, producto del robo de cartuchos de ambos explosivos almacenados conjuntamente en la Mina Conchita. Así justifican la presencia de DNT. La presencia de NG se explica por la contaminación de las muestras bajo custodia policial, facilitada por la porosidad de las bolsas que los han contenido durante tres años. Y aquí paz y después gloria.

Otro aspecto de la contaminación de las mentes es fruto de la presión intoxicadora del PRISOE, de un lado, y del PP y sus apoyos mediáticos, de otro. Desde el 11-M los posibles autores de la masacre han quedado reducidos a dos: el islamo-terrorismo y ETA. Y a cada uno de ello se ha adosado de forma metafísica el correspondiente explosivo. Si es Goma 2 ECO, los asesinos han sido los islamistas. Si es Titadyne, ha sido ETA.

Constatemos tan sólo que no han sido los islamistas ni ETA quienes han colocado pruebas falsas, ocultado o destruido las verdaderas, redactado informes falaces, desguazado trenes, enterrado toneladas de muestras en un sótano. Quienes han hecho todo esto tienen a su disposición Tytadine, Goma 2 ECO, Goma 2 EC, C4, RDX, Cloratita y lo que les pase por el arco del triunfo. Por ello no creemos que lo que ha ocurrido el 11-M pueda llegar a aclararse con un simple vuelco electoral dentro del marco vigente. Requerirá la reconstrucción de nuestra Nación desde arriba hasta abajo, la abolición de la actual constitución, empezando por la monarquía y la supresión del sistema de la partitocracia. Ninguno de los grandes partidos actuales va a consentir que se sepa la verdad, por que la verdad cruda y dura se los llevaría a todos por delante.

Hoy, mientras no aparezcan nuevas muestras no controladas por los policías corruptos, es una pérdida de tiempo seguir con el tema de los explosivos. Lo que procede es la auditoria sistemática de los procesos de recogida, custodia, conservación y primeros análisis de las muestras, así como de los de destrucción de pruebas (ropas, trenes, cintas de cámaras de seguridad, etc.) y la identificación y denuncia pública de sus responsables, con el apoyo de movilizaciones crecientes en las calles.