El Partido Nacional Republicano reafirma su denuncia: no hay “negociación”, ni “rendición” en el llamado “proceso de paz”, sino un pacto entre el gobierno de los trenes y la banda separatista ETA para la administración conjunta del terror con el fin de repartirse los despojos de España.

La brutal escenificación de la suspensión de la zapatregua, mediante la voladura del aparcamiento de la terminal cuatro de Barajas, es un capítulo más del siniestro culebrón al que nos somete el régimen juancarlista en su evolución hacia la confederación coronada de “nacionalidades”, “realidades nacionales” y “naciones” con las que pretenden liquidar  nuestra Nación.

Si la tregua estaba pactada, también lo ha sido su ruptura. Del 14 de diciembre, fecha en la que el gobierno mantuvo su último contacto conocido con ETA, nos llega el bombazo de Barajas y la suspensión  que requiere zETAp para contener la caída en las encuestas.

zETAp ha visto la necesidad de dilatar el “proceso” para no tener que asumir los costes electorales que le suponen las cesiones ya pactadas con ETA: Navarra, presos y autodeterminación, amén de la anterior mesa de partidos y desactivación completa de la escasa resistencia judicial. Estas cesiones se materializarían en la próxima legislatura para no tener que soportar el desgaste que suponen. En la víspera del último atentado, zETAp cafificó de «trágicos accidentes mortales» los asesinatos de ETA. Ha llamado al de Barajas «paso equivocado», que obliga a «suspender el diálogo», aunque no a romper el proceso. O sea, que coinciden zETAp y Otegui. Han hablado los dos polos del pacto social-terrorista. Están plenamente de acuerdo. Sólo ha sido un “accidente”. El proceso terrorista se interrumpe un poco y sigue adelante.

¿Qué es suspender? Todo continuará igual, salvo la apariencia de “firmeza” de zETAp al poner fin temporalmente al “diálogo” –que se mantendrá de tapadillo–. El aparato partitocrático del régimen juancarlista, copado por los sociatas, funcionará como hasta la fecha: la fiscalía se seguirá dando piquitos con los asesinos, los jueces apagando fuegos y prevaricando, y los polis chivatos salvando el culo con soplos a los etarras. El PSE elaborando estatutos nacionales vascos con autodeterminación y Navarra anexionada. La kaleborroka, más intensa si cabe, no existirá y todo lo que averigüe la policía francesa necesitará más datos para ser verificado. Puede haber más atentados, con o sin “accidentes”. zETAp necesita la kaleborroca y algún que otro atentado para acoquinar a los vasco-españoles y llevarnos a todos al desistimiento. También seguirá la extorsión: si cesa, es que zETAp está pasando fondos. A nivel municipal, Batasuna volverá a presentarse con las nekanes del PCTV. En esta fase las elecciones en Navarra son decisivas. El desalojo de UPN es fundamental para anclar el futuro de “Euzkadi”. Y en las proximidades de las elecciones generales, los de la capucha entregarán algunas armas en desuso y explosivo caducado. zETAp, premio Nóbel de la Paz.

«El proceso será largo, duro y difícil», nos lo había advertido zETAp, cuya habilidad para servirse del terror quedó patente tras los atentados del 11-M de 2004.

 El Partido Nacional Republicano no solicita de zETAp que clarifique si hay “ruptura” o sólo “suspensión” del “diálogo”, ni deseamos que se retracte públicamente por su concepción de lo accidental. Esto se lo dejamos a Rajoy, medroso traidorzuelo que desea desactivar la resistencia anti-zETAp afirmando que «el gobierno de España es mi gobierno y el de todos los españoles». Tampoco perderemos tiempo en sacar punta a las alocuciones del Rey que llaman a secundar el “proceso de paz” mediante el «consenso de todos».

El Partido Nacional Republicano manifiesta su voluntad inequívoca de contribuir, cuanto este en sus manos, a derrotar a ETA y a su entramado político; juzgar a zETAp y su gobierno por colaboración con banda armada y crimen de lesa Patria; así como  librarnos de los discursos navideños del Rey de una vez por todas.

Por ello nos pronunciamos a favor de la rebelión cívica, de la movilización democrática del pueblo español. Es el único medio para poner fin a esta situación que exige, no un mero cambio de gobierno, sino el derrocamiento del régimen que desde la Zarzuela y Moncloa auspicia el terrorismo, alienta la disolución de España y convierte en papel mojado su propia legalidad.

¡Derrota de ETA y sus colaboradores: zETAp a la cárcel!
¡Movilización española directa: Rajoy a esparragar!
¡España, victoria y salvación: hacia la República Nacional!