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Andalucía ha dicho no a su “estatut”
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El PNR denuncia la convocatoria de cualquier consulta celebrada con el permiso del Rey que tenga por objeto proclamar la existencia de otra nación que no sea la española. Así hemos hecho con el de Andalucía, pidiendo el voto negativo como manifestación activa de repulsa a un estatuto que declara que esta región de España es una “realidad nacional”, y al Régimen que promociona esta vía de fractura entre españoles.

Chaves ha dado cobertura en Andalucía al proyecto central de desguazar España mediante reformas estatutarias que instituyen “naciones”. Así, la reforma del estatuto andaluz se ha planteado como la coartada para otorgar legitimidad de fondo al Estatut de Cataluña. Andalucía cuenta ahora con un estatuto similar, si no calcado, al de Cataluña: carácter de “nación” para una región, nuevo zarpazo a los presupuestos generales del Estado en nombre de una pretendida “deuda histórica” e imposición de una cláusula, esta vez poblacional, para garantizar inversiones estatales durante un septenio.

Sin embargo, Chaves no ha conseguido concitar  la complicidad de los andaluces. Ha obtenido la cuota de participación más baja de su historia, un 36,2%. Además, un 9,5% de los participantes votó en contra, y un 3% lo hizo en blanco. Resulta palmario que este “estatut”, al igual que su matriz catalana, carece de legitimidad. Pero aún así, nos lo imponen.

No obstante, Chaves no ha estado solo en su maniobra. El PP, con Rajoy a la cabeza,  ha respaldado un texto con preceptos idénticos a los del Estatut de Cataluña, y que, como es sabido, han sido impugnados por esta formación ante el Tribunal Constitucional. De esta manera, el PP desvela el verdadero sentido de su discurso de “cohesión nacional”: Rajoy y los suyos están por la “España plural” de Zapatero, esto es, la confederación de “naciones”, “realidades nacionales” y “realidades genéticas”, siempre que éstas sean consensuadas con sus camarillas de provincia.

España, conducida por el Régimen del 78, se precipita hacia el desastre. Sólo la refundación de España como República unitaria superará la dinámica centrífuga  introducida por el modelo territorial autonómico, que inviste de poder a oligarquías políticas regionales, a veces de carácter racista e identitario, en detrimento de la igualdad y unidad de los españoles.

Hay que luchar por dotarnos de una Nación que sea Patria de ciudadanos, en igualdad de condiciones y con las mismas posibilidades de desarrollo. Eso no será posible bajo ninguno de los programas de gobierno de los partidos del Régimen, sino mediante la vinculación al programa de ruptura del PNR.